Revista CZ - page 42

Seguridad vial
Envejecimiento de la población y Seguridad Vial
A pesar de que cada persona envejece de una
manera diferente, hay que tener en cuenta que incluso
los mayores relativamente sanos pueden presentar
deficiencias cognitivas, sensoriales o motoras (sobre
todo en la percepción y en la atención). Estas altera-
ciones pueden modificar progresivamente su
capacidad para conducir incrementando las dificul-
tades que puedan encontrar en la conducción.
En cuanto a los déficits sensoriales, la mayor parte
de la información que procesa un conductor la recibe
a través de la visión, por lo tanto cualquier patolo-
gía o déficit que impida una correcta visión impedirá
conducir de forma segura. Con la edad se produce
un deterioro general del sistema visual lo que se
manifiesta en un empeoramiento de los movimien-
tos oculares, dificultad para la adaptación a la
oscuridad, la pérdida de agudeza visual, una pérdida
de sensibilidad al contraste y problemas de recupe-
ración al deslumbramiento, entre otras.
Otro deterioro sensorial asociado a la edad es
la pérdida de audición, este deterioro puede suponer
algunos problemas para la conducción, por ejemplo,
dificultando la detección de la sirena de un vehículo
de emergencia.
Los déficits cognitivos que aparecen con la edad
están relacionados con una mayor lentitud en el proce-
samiento de la información, pero también se producen
déficits en la capacidad de seleccionar aquellos
estímulos que son relevantes en la conducción.
También hay que tener en cuenta que los
cambios asociados a un envejecimiento conllevan una
disminución de la capacidad motora y articular. En
el caso de los conductores se manifiesta con una
menor agilidad motriz en la conducción, que puede
aumentar el tiempo para tomar una decisión. Este
déficit influye sobre la capacidad de movimientos de
giro de cabeza y cuello y por lo tanto, influyen en la
conducción a la hora de entrar en una intersección,
mirar por los espejos retrovisores o ejecutar una
maniobra de marcha atrás.
En algunos casos, los déficits que se han
indicado van unidos a una serie de pérdidas funcio-
nales asociadas a diferentes enfermedades que se
manifiestan a edades avanzadas (catarata, glaucoma,
demencias, artritis, enfermedades coronarias, etc…).
A pesar de que esta demostrado que con la edad
los reflejos para la conducción disminuyen, la legis-
lación todavía no establece un límite de edad para
conducir. En España según el Real Decreto 818/2009,
por el que se aprueba el Reglamento General de
Conductores, se establece que la vigencia del permiso
de conducción será de cinco años desde el momento
en que su titular cumpla los 65 años, dicho período
de vigencia podrá reducirse si, al tiempo de su conce-
sión o de la prórroga de su vigencia, se comprueba
que su titular padece enfermedad o deficiencia que
es susceptible de agravarse.
Normalmente, los conductores de avanzada edad
recurren a conductas alternativas en la utilización de
su vehículo para compensar sus limitaciones funcio-
nales, así se observa una reducción del kilometraje
recorrido a medida que avanza la edad y la evitación
de conducir en situaciones que entrañan mayor
peligro o inseguridad, como puede ser la mala visibi-
lidad, el tráfico denso o la circulación por rutas no
habituales. Algunas de las acciones compensatorias
puesta en práctica por los conductores de avanzada
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Nº 58 - Octubre / Diciembre 2013
Las personas mayores pueden presentar
deficiencias cognitivas, sensoriales o motoras
que modifican progresivamente su capacidad
para conducir.
La pérdida de audición dificulta la detección de la
sirena de un vehículo de emergencia.
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