Nº 58 - Octubre / Diciembre 2013
Carrocería y pintura
Defectos superficiales
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sean lijadas durante este proceso o ensuciadas con
productos de pulido y abrillantado.
En el caso de defectos como motas de suciedad
o descolgados puede usarse, previamente al lijado,
una cuchilla para eliminar el resalte o material
sobrante, siempre con precaución de no causar un
mayor daño y empleando la cuchilla de forma lo más
paralela posible a la superficie.
Una vez la superficie está limpia y suficiente-
mente endurecida, se realiza el lijado o matizado de
la misma con lijas finas, comenzando por la más
abrasiva de todas. Generalmente, se comienza con
lijas de granulometría P1200 o P1500 en seco, o al
agua con lijas de P1500 o P2000 para eliminar el
defecto o daño. Como proceso de acabado, se suele
recomendar emplear lijas de granulometría más
finas, como P3000 o incluso P4000, para facilitar el
posterior proceso de pulido, consiguiendo un acabado
mas homogéneo y asegurándose de eliminar las
huellas creadas por el lijado previo, siempre teniendo
en cuenta el proceso de lijado escalonado.
Este lijado puede realizarse a mano o a máquina.
Si se realiza a máquina y el daño a eliminar está locali-
zado, como motas de suciedad o descolgados, es
preferible emplear lijadoras de pequeño diámetro de
disco (75-90 mm) para evitar agrandar la superficie
lijada que después habrá que pulir, además de utili-
zar un diámetro de órbita de 2-3 mm para un acabado
más fino. En el caso de optar por un lijado manual,
se recomienda empezar con la ayuda de un taco para
un mejor nivelado de la superficie, y emplear una inter-
face o abrasivo con soporte de espuma en el lijado
de acabado.
Tras el proceso de lijado se realiza un soplado
y desengrasado de la superficie antes de comenzar
con el siguiente paso, el pulido.
Pulido
El proceso de pulido se realizará después del
proceso de lijado descrito, o directamente, en el caso
de daños y defectos más superficiales como ligera piel
de naranja, pulverizados no muy marcados, araña-
zos muy poco profundos, microrayas del tren de
lavado, marcas de pulido, pérdida de brillo, velados
o decoloración en acabados monocapa debido a la
radiación ultravioleta.
El proceso de pulido consiste en una abrasión
muy suave de la superficie mediante el empleo de
pulimentos, pudiendo realizar esta operación nueva-
mente a mano (sólo en zonas my pequeñas o de difícil
acceso) o a máquina (lo más habitual). En el caso de
emplear una pulidora, es posible acoplar una boina
de lana (piel de cordero) o una boina de pulido
(espuma sintética). Con el mismo pulimento, la boina
de lana realiza una abrasión más agresiva que la
espuma de pulido, por lo se empleará la de lana en
el caso de defectos o daños más profundos o si se
trata de barnices de alta dureza superficial.
Pulido con boina de lana.